La libertad como actitud de vida

Artículo de Elisenda Navinés publicado en le journal el Bourricot, septembre de 2018.
En el diario francés nº 1420 “Courrier International”, aparece un artículo llamado “JAPON. Profesión: padre, amigo, amante”, que habla de una agencia donde se pueden comprar los sentimientos y las emociones. El entrevistado en el artículo, Yuichi Ishii, explica que su trabajo consiste en representar que es el padre, marido, amigo……, de aquel que hace la demanda. La actividad pues consiste en ocupar la plaza de otro. Según el fundador de Family Romance (nombre de la agencia), se pueden contratar todo tipo de personajes ficticios para ayudar a llenar las ausencias insoportables de la vida de cada uno. “En una Sociedad que se hace cada vez más aislada y asistida, las relaciones a la carta tendrán posiblemente un crecimiento exponencial”, nos dice.
En este tipo de agencias ir más allá de la realidad es el atractivo. ¿Eres madre soltera i quieres hacerle ver a tu hija o hijo que tiene padre? pues lo compras. Solo pagando una cantidad al mes durante los años que quieras a un señor que le explicará a tu hija o hijo que no puede venir a verlo mucho porque tiene otra familia, o está muy ocupado viajando…. no importa. Esta madre tendrá un padre para su hijo o hija como ella quiere; tierno, simpático, comprensivo, con barba o sin, moreno o rubio……¿Quieres una pareja que sea como aquel príncipe azul que nunca llegó?, ¿quieres un amigo de verdad?, ¿quieres, quieres, quieres? La agencia Familiy Romance, por unos 150 euros aproximadamente te vende lo que quieras durante tres o cuatro horas.
En esta agencia se aceptan todo tipo de demandas, incluidas las demandas que responden a personas que sufren algún tipo de patología, como el caso de una persona que sufría de anorexia i que precisaba tener delante de ella a alguien que comiera por ella dado que esta situación la reconfortaba. Nada más que decir, no sea caso que en lugar de denunciar una práctica escandalosa aún le acabe haciendo propaganda.
Considero que no deberíamos caer en este consumo a la carta de los sentimientos humanos porque compensar de esta forma el vacío existencial es una práctica que cae en la mentira y la ficción, además de fomentar conductas patológicas. Es caer en la ilusión de una falsa felicidad. Por suerte en Europa esta práctica aún no existe, pero también nos regimos por un sistema capitalista que prioriza la fuerza del capital a la necesidad real de las personas.
Erich Fromm, en su libro “Sobre la desobediencia”, nos dice.
“Tenemos abundancia, pero no tenemos una vida que nos llene. Somos más ricos, pero tenemos menos libertad. Consumimos más, pero estamos más vacíos. Tenemos más armes atómicas, pero estamos indefensos. Tenemos más educación, pero tenemos menos sentido crítico y convicciones menos firmes. Tenemos más religión, pero nos hemos convertido en más materialistas”.
Por eso muchos hombres y mujeres de hoy en día padecen de inseguridad, soledad y tristeza, por más que la abundancia sea presente en sus vidas. ¡¡¡Que hábil el sistema socioeconómico y político que tenemos, para vendernos tantos caminos de huida donde ahogar nuestras tristezas y miedos!!! Televisión, Internet, diversión, drogas, fiestas…. de todo para sumergir el sufrimiento que genera la soledad de sentirse solo en medio de todos, porque si nada compensa tu angustia aún podemos tirar de tranquilizantes si la ficción aún no es suficientemente fuerte para combatir la infelicidad.
Queremos libertad, democracia y respeto por los derechos humanos.
Libertad, pero no sabemos ser libres porque dependemos de otros que nos quieren esclavos manipulando la realidad social y los medios de comunicación.
Democracia, pero no aceptamos el voto de los que no nos gustan y los manipulamos o compramos.
Respeto por los derechos humanos pero la envidia y la competitividad nos hace hervir la sangre y menos preciamos al otro para ser más valorados nosotros. Son esta practicas y sumisión a los poderes fácticos que nos acercan cada vez más a la locura porque nos alejan de nuestra esencia humana. Somos seres sociales que anhelamos amor, libertad y respeto para nosotros mismos y los otros, pero el poder y el capital precisa para su subsistencia y permanencia, que seamos sumisos, pacientes y temerosos.
La pregunta en vez de ser. “¿Quieres un amigo, un amante, una madre…, que sea como tu quisieras?”, no debería ser “¿Quieres ser autentico, tolerante, valeroso y libre, aunque esto implique hacer frente al sufrimiento existencial?”.
Las bases del socialismo eran que el trabajo dirigiese el capital y no al revés, promover la individualidad y no la uniformidad, facilitar la solidaridad y no la manipulación y el dominio de unos por encima de otros. Se buscaba que cada persona participara activa y responsablemente respecto a todas aquellas decisiones que se encaminaran hacia un sistema más humano y libre.
Pero en vez de hacer frente al espíritu del capitalismo al cual quería reemplazar, el socialismo se convirtió en el vehículo para que la clase trabajadora encontrase su espacio dentro de la propia estructura capitalista. I así es como todos los partidos políticos de hoy en día se hacen los amos de ser los mejores defensores de la libertad y la democracia, no importa la ideología que representen, hasta conseguir que se confunda el verdadero significado implícito. Normalizan como hechos naturales que existan las guerras por doquier sin poder hacer nada para frenarlas, todo y viendo a nuestros estados que compran o venden armamento para que estas perduren, que el sufrimiento de los inmigrantes no cese en los campos de refugiados, o que mueran intentando atravesar el mar…..
I así es como el sufrimiento psíquico se perpetua de padres a hijos, ya no es posible creer en que podemos cambiar el mundo, y si alguien aún lo cree es un iluso. Mejor pasar al delirio y creer que de la ilusión podemos hacer realidad.
El auto engaño tanto a nivel consciente como inconsciente es una capacidad innata del hombre para que en muchas ocasiones de fragilidad poder suportar lo insoportable. Es humano, pero tiene unos límites, y los limites siempre están en no echar a perder la libertad, el respeto y los derechos del otro.
Volviendo al ejemplo de esta agencia japonesa de comercio, ¿quién somos nosotros, por más padres de nuestros hijos que seamos, para engañar o desfigurarla realidad que solo a ellos les pertenece? Como psicóloga no puedo dejar de denunciar que se trafique con los sentimientos de los otros y mucho menos ser indiferente hacia aquellas prácticas que fomentan aún más todo tipo de patologías. Al menos no dejemos que los discursos demagógicos de aquellos que pretenden vendernos falso humanismo se normalicen. Fomentemos el espíritu crítico y seamos siempre solidarios con los más débiles y necesitados. Seamos desobedientes con las injusticias flagrantes y tal vez si persistimos dejaremos de ser colaboradores necesarios de lo que realmente no queremos ni deseamos.
¿Podemos ser libres en una sociedad que no lo es, donde el derecho a un techo digno no está garantizado para todo el mundo, donde no se respeta por igual la identidad sexual de cada uno, dentro de la cual sí eres diferente a los demás nunca serás realmente aceptado? ¿De verdad que puedo ser libre si no todos lo somos?
La frase “mi libertad se acaba donde comienza la tuya”. ¿desde una visión social que quiere decir?
Teresa FORCADES (religiosa benedictina), piensa que en realidad esta frase nos dice que “mi libertad y la tuya son rivales… Más bien la libertad seria equilibrar la distribución de los sacrificios”
Por lo tanto, para yo ser libre el otro también lo ha de poder ser y para que lo sea tendré que compartir alguna cosa….
“Aquellos que han renunciado al mundo tendrán que evitar los extremos. Una vida abocada a los placeres y pasiones, degradante, sensual, grosera, sin nobleza, sin provecho; y una vida mortificada, dolorosa, sin nobleza, sin provecho.” BUDA.
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